20 de noviembre de 2012



¿Qué pasa en los momentos incómodos? Perdemos la atención. Deseamos dedicar la menos atención posible, tanto para no pensar como para no pasar vergüenza. No tomamos bien en cuenta el grado de dificultad que nos lleva esto. Y más aún si llegas a equivocarte, luego cuando  te des cuenta del error es muchísimo más grave la vergúenza que uno tiene pasar.
Hoy me siento así. No fue algo tan grave, de hecho ese mal entendido me sumó a favor. Pero luego pensar todo el tiempo en que metiste la pata, que entendiste mal unas pocas palabras te hace sentir verde, nauseabundo. Lo primero que pensas al darte cuenta que te confundiste es retirar lo dicho lo dicho. Pero.. ¿Me conviene hacer eso si me había sumado a favor? No me conviene, lo se. Tengo muchas ganas de dejar todo como está. Había prometido algo y no puedo hechar todo atrás. Pero luego tendré que intentar olvidar esto que me hace sudar. Aunque deba rescatar que si no hubiese entendido mal, capaz nunca hubiese hecho lo que hice.
De todos modos quiero desaparecer.

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