14 de marzo de 2012

Lluvia de proyectiles desde la terraza. Una señora prolifera insultos inentendibles a un ciclista que inocentemente pisó sus lilas de ensueño sonriendo en su vereda, la cuadra se vio apenada por la muerte de las lilas. Se sintieron frágiles al darse cuenta que hasta el brillo más precioso es borrado del cielo y ya nadie se atrevió jamás a salir de sus casas por temor a que dos ruedas les arrebaten la vida de flores que tan bien cuidadas llevaban paredes adentro de sus hogares.

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