9 de febrero de 2012

















Silencio. A veces nos transmite paz, otras desesperación, otras tristezas, odio, como también curiosidad, ansiedad, esperanza. Es tan pasivo. Hoy quiero ahogarme en una gran superficie cubierta de silencio. Quiero que nadie emita voz alguna. Sólo deseo escuchar el viento que me sopla el ventilador, junto al sonido que emite la computadora y las teclas que voy hundiendo con mis propias manos. Hoy fue un día muy largo. Creo que debería irme a dormir para poder descansar. Pero en este mismo instante supongo que estoy descansando gracias al silencio. En todo este largo día me sentí muy aturdida del ruido. Me siento como completa. Aunque estoy más que segura que no es así. Me alegra saber que el silencio es acompañado por el tiempo. Las horas corren muy de prisa. Y yo queriendo alejarme de ellas. No voy a seguirlas, no voy a correrles detrás. Si les corro voy a sudar, me voy a cansar. Estaré fusilada. Si, destruida. Muy cansada. Ya hace mucho que no hago deporte, si bien dentro de poco comenzaré a hacer algo que no es deporte pero si me hará relucir el equilibrio corporal, no creo poder descansar. Mi idea hoy es descansar del ruido y si corro al tiempo, estaré haciendo lo contrario. Mucha gente las sigue detrás pero nunca las alcanzan y es por eso que se cansan y se frustran del tiempo.
Me estoy yendo por las ramas, pero una vez me dijeron que las manzanas se encuentran en las ramas más altas del árbol, no siempre está mal irse por las ramas porque sino podrías morir del hambre.
Todo depende de los estados de ánimos. Hoy necesito silencio, mañana talvez no. Me encantaría permanecer siempre con estas tantas ganas de hundirme en el silencio.

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