18 de febrero de 2012


Dejamos de serlo hace mucho tiempo. Habría creído lo contrario engañándome a mi misma. Todo saldrá bien siempre. Siempre todo resulta bien. Siempre he estado bien como ahora.
Es que asusta. Asusta que todo se vea tan claro, hasta a veces aburre.
Uno se estresa o deprime al ver la vida del otro. Querer tener lo que el otro tiene. Nadie se da cuenta lo tan conforme que está uno mismo. Estoy cansada de ganar más. Quiero estar así, ni más, ni menos. Ahora estoy bien. Y eso me hace sentir rara, la conformidad. ¿Habré sido siempre una chica disconforme en todo? ¿Será por eso que siempre las cosas me salieron mal?
Con el tiempo cada uno va ganando las cosas que se merece. Hoy estoy bien, no quiero ganar nada, ni tampoco recuperar nada. Me gusta sentirme conforme y quiero disfrutar lo que tengo que por suerte no es poco. Algo de miedo por su puesto que tengo porque para ganar de ahora en más será de forma independiente. Y no estoy acostumbrada a eso. Me razguñan las ansias, pero quiero helar el tiempo y disfrutar el momento.
Lo que tengo hoy es porque supe conservarlo bien y supe merecerlo. Lo que alguna vez habré tenido y ahora ya no, es porque no supe conservarlo. Significa que no estuve preparada a tratar con esas cosas. Algún momento las volveré a tener, mucho más adelante, cuando esté preparada. Si bien no será el mismo objeto, será algo similar. Entonces no debo preocuparme. Y lo que nunca tuve y ganaré en algún momento será lo valioso. Valioso porque me lo ganaré con mis propios esfuerzos.
Es tan simple y difícil de comprender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario