30 de septiembre de 2009

Los Jardines colgantes de la noche:

Caminando por una pradera,
arbolada, con jardines colgantes
tu y yo, de la mano vamos penetrando
las verdes arboladas.

Luego, sin saberlo, nos perdimos,
de tanto caminar y caminar sin tener
idea hacia donde nos dirigíamos. Miro hacia el
cielo, tratando de ubicarme, pero me paralizo:

Al ver tantas estrellas, comienzo a ponerle a cada
una de ellas una razón de porque te quiero tanto.
Me dí cuenta de una cosa: Me faltaron estrellas.

Mas tarde, al no poder ubicarnos, nos miramos
mutuamente a los ojos y nos damos cuenta de
una cosa: Nos queremos cada segundo mas...

Con la tenue luz de la Luna, miramos una vez mas
hacia adelante y vemos por fin el camino de salida,
este estaba delante de nuestro ojos, pero por estar
tan pendientes uno del otro, no lo pudimos divisar antes.

De regreso, cuando atravesábamos el camino, miramos al
cielo y vimos una estrella fugaz, sin perder tiempo, le pedimos
un deseo y nos los comentamos uno al otro. El deseo era
unánime: Espero querer a mi pareja por siempre jamás...

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